La arquidiócesis de Cuenca se prepara para celebrar la “Misión Jóvenes y Vocaciones”, en el bienio 2020-2022, conozcamos algunos aspectos que orientarán este itinerario pastoral. 

Objetivo General 

Fortalecer los procesos de acompañamiento de la Iglesia, a los jóvenes de nuestra Arquidiócesis con el fin de que ellos tengan un encuentro íntimo con el Señor y sean los nuevos protagonistas en la Iglesia, que anuncia el Evangelio y denuncia las realidades que afectan a la familia y a la sociedad. (PPA, pág. 71) 

Objetivos Específicos 

Generar procesos formativos dirigidos a sacerdotes, religiosos y laicos que ayuden a entender y fortalecer la Pastoral Juvenil y Vocacional dentro de cada parroquia, empleando el método Ver, Juzgar, Celebrar y Actuar; llamado ahora por el Papa Francisco: Contemplar, discernir, proponer, evaluar, festejar, planificar Propiciar espacios de diálogo y cercanía con la sociedad por medio de actividades de labor social y comunitaria, buscando la conexión con el prójimo y la cercanía con el cuidado de la casa común (PPA, págs. 23, 50). Elaborar una guía de creación y fortalecimiento de la Pastoral Juvenil y Vocacional en cada parroquia, con los aportes obtenidos durante los dos años de la Misión Jóvenes y Vocaciones.

Mons. Bolívar Piedra

MENSAJE DEL PASTOR

¿CÓMO SUPERAR LA CRISIS POST COVID-19?

Luego de la crisis por el Coronavirus, la Iglesia ofrece una orientación básica que ilumine los diversos ámbitos de la vida. El hecho de haber experimentado esta dura crisis en Pascua, tiempo de vida y libertad, es una llamada a convertirnos de los falsos dioses y a la vez un envío al mundo. 

Precisamente, días antes de la Pascua, el Papa impartió la bendición con el Santísimo en la Plaza de San Pedro y demostró que solo tendremos futuro y vida con el Pan eucarístico de la vida. La Eucaristía es comida, y no podemos compartir este Pan sin compartir también el pan cotidiano. Pero la Eucaristía no es solo comida, por eso precedió a la bendición con el Santísimo un momento de adoración eucarística, para recordarnos con estos gestos la profunda relación entre oración y acción, Eucaristía y solidaridad.

En los mensajes del Papa Francisco durante la pandemia, con calidez e inclusividad nos desafía a cada uno a osar hacer el bien, a hacerlo mejor. Nos invita a trabajar por el bien común y a compartir información, conocimientos y recursos. Hemos de acercarnos con compasión y afecto paternal para hacer nuestros el sufrimiento y el sacrificio de la gente. Esta crisis es un llamado a la conversión, a una nueva solidaridad para afrontar amenazas mayores y con efectos a más largo plazo. 

Es un tiempo de prueba y de decisión para reorientar nuestra vida hacia Dios y ponernos al servicio de los demás de un modo nuevo. Debe concienciarnos de la injusticia global y despertarnos para escuchar el clamor de los pobres y de nuestro planeta, gravemente enfermo.

Mons. Marcos Pérez 

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