Al ocurrir
simultáneamente en el planeta, podemos observar cómo los
gobiernos han reaccionado inicialmente, y se van alineando
progresivamente tomando en serio el drama. Hay
incertidumbre, pues necesitamos tratamiento y vacuna. Los
confinamientos, los distanciamientos, no son fáciles de
sostener: pensemos en los confinados por discapacidad, los
ancianos, niños, trabajadores informales, quienes viven en la
pobreza, en la cárcel. Ellos saben lo que se siente. Si
pensamos que esta pandemia afecta el funcionamiento de la
economía y todos sus componentes, debemos esperar que las
soluciones y los rescates sean equitativos y no acentúen la
desigualdad y la inequidad que sufren los más pobres y
excluidos.
Mons. Bolívar Piedra
VOZ DEL PASTOR
UNA IGLESIA MISIONERA
Con esta gracia podemos ser testigos de Cristo y
de su Espíritu en un mundo lleno de sufrimiento. En
estos duros momentos recordamos, una vez más,
que la proclamación del Evangelio y la confesión de
la fe cristiana no son proselitismo político, cultural,
psicológico o religioso. La Iglesia crece en el mundo
por atracción y si seguimos a Jesús, felices de
sentirnos atraídos por Él, otros lo notarán.
La misión no es trabajo elitista, para ser abordada y
dirigida a través de programas de escritorio
mediante la aplicación de estrategias, que obtienen
una conciencia a través del razonamiento,
recordatorios, militancia, entrenamiento; los
bautizados no son una masa inerte a la que
movilizamos según nuestros gustos ideológicos. Al
pueblo lo mueve el amor de Dios. El Espíritu Santo
ha despertado en su pueblo la acción
evangelizadora, así muchas iniciativas laicales han
surgido o se han robustecido en este
tiempo (Cf. Mensaje del Papa a OMP, 2020).
Mons. Marcos Pérez